MI OTRO YO

El triunfo (2-1) cosechado en el día de ayer contra Corea del Sur me ha servido para darme cuenta de un grave error en el que incurrí durante los últimos 20 años: «creer que éramos los mejores del mundo y siempre debíamos estar por encima de los demás, sin importar los rivales y mucho menos, la calidad de nuestros jugadores y el trabajo de selección que se lleve adelante».

Corea 1
El 1-0 parcial convertido por Luis Suárez

Hoy me alegra ver como mucha gente que jamás se detuvo a prestarle atención a una pelota empieza a sentir lo mismo que sentí yo desde niño y jamás pude explicar.

Hoy el pueblo uruguayo se ha enfermado por la celeste y ha comenzado a percibir ese sentimiento inexplicable que se trasmite a través del fútbol.

No sé si tuve la suerte o desgracia de que fundamentalmente mi padre (de Nacional) y mi tío (de Peñarol) me hicieran sentir el fútbol de una manera muy especial, donde si bien ninguno de ellos era fanático, me llevaron desde muy chico a ver a “sus” equipos -como tantos padres que llevan a los hijos a tomar una coca y comer un pancho aunque no entiendan nada de lo que ocurre cancha adentro-. Así pude ver a Nacional y Peñarol con el mismo sentir.

Tengo imágenes y recuerdos de estar en el Estadio en enero del 81’ viendo a los jugadores festejar la Copa de Oro; luego, de haber celebrado el gol de Morena en Santiago y de que mi padre me llevara de madrugada a 18 de julio a ver los festejos de su cuadro rival tras ganar la Intercontinental del 82′; haber ido a los dos partidos de la clasificación al Mundial de México en el 85’ e Italia en el 89’; y un poco antes, haber gritado de igual forma el gol de Diego Aguirre en el 87’ y el penal de Tony Gómez en el 88’.

Entre tanto vi como Aguilera quedaba desmayado en Brasil para ganar la Copa América de selecciones en el 83’ y como Bengoechea nos daba la alegría en el 87’.

No me olvido de los otros títulos obtenidos en esa década gloriosa del 80’, el último, la Interamericana de 1989 obtenida por Nacional.

Así difícil que uno no se acostumbre a ser exigente ¿no? Después que te acostumbras al triunfo ¿cómo haces para asimilar y aprender a convivir con la derrota? ¿Cómo acostumbrarse a no ganar más?

Sucede que además de todos ésos logros la selección jugaba permanentemente amistosos previo a los mundiales, y los ganaba!; recuerdo a México, Finlandia y Paraguay en el 85′, Bolivia, Colombia y Ecuador en el 89’. Claro que en toda la década del 80 Uruguay perdió solo un partido en el Centenario (Perú en 1981).

Sólo así hoy puedo entender porqué por tanto tiempo sentí que los uruguayos podíamos ser campeones cada vez que jugábamos.

Al niño cuando le decís todo el tiempo que sí el día que le decís que no entra en crisis; es mejor acostumbrarlos a las cosas buenas y malas, prevenirlos sobre estas últimas, así cuando pasan, que siempre van a pasar, el golpe no es tan grande y el sufrimiento, mucho menor. Con el fútbol pasa lo mismo.

PASÓ EL TIEMPO Y CON EL VERSO DE QUE LOS CANDIDATOS DE TODOS LOS TORNEOS ERAN LOS EQUIPOS URUGUAYOS NO SE LLEGABA A NINGÚN LADO.

Pasaron 22 años y nunca más ganamos una Libertadores, se jugaron Mercosur, Sudamericanas, Conmebol, varias eliminatorias, mundiales, Copas América, Sudamericanos, Mundiales juveniles… Y NADA, ABSOLUTAMENTE NADA!

Por eso, al leer y escuchar críticas de gente que dice que Uruguay le ganó a los coreanos porque eran malos, que nos apedrearon el rancho, que nos metimos atrás a defender y pudimos perder el partido comencé a reflexionar.

El que me conoce sabe que no me costaría reconocer que eso fue así; que Uruguay tuvo un planteamiento mezquino, que tuvimos que esperar que nos empataran para salir en busca del objetivo, que no pudimos hacer 3 pases seguidos y que de los 15 equipos posibles en 8vos de final Corea era el más débil.

Ese sería el YO auténtico; el crítico que les diría:

Que Muslera estuvo pésimo en el gol ya que se olvidó de las ventajas que tiene el golero respecto de todos los jugadores: 1) usar las manos; 2) salir al choque dentro del área chica donde siempre será falta del atacante.

Que Lugano parece haberse olvidado de su paso por Brasil, que permanentemente va a golpear al rival olvidándose de la pelota, lo cual fue certificado en la jugada del gol Coreano.

Que Maxi Pereira me hace recordar a Poyet -pasan los partidos y no sé a qué ni de qué juega-. Corre como un loco, sin criterio, y jamás llega al fondo para tirar un centro a quienes pueden entrar por el medio.

Que Forlán jugó parado y pateó un sólo tiro al arco cuando debe ser quien traslade la pelota en los últimos metros y aprovechar su pegada con las dos piernas.

La reflexión me llevó a darme cuenta que por años estuve equivocado. Me convertí en un crítico irreflexivo por el simple acostumbramiento al que me llevaron los logros del pasado.

HOY pienso que lo mejor es pensar que hay cerca de 200 países que están mirando el mundial por televisión y que Uruguay está entro los 8 mejores del mundo.

Considero que no es para festejar pero sí para disfrutar! DISFRUTAR PORQUE NO SIEMPRE SE GANA. NO FESTEJAR PORQUE YA HEMOS GANADO.

Hay que dejar el festejo para el momento culminante -al que siempre llega uno solo- y recorrer ése camino con optimismo y alegría.

Siento que hemos vuelto a las raíces del fútbol uruguayo y que es así de la única manera que se puede lograr el objetivo, al menos para nosotros.

Corea 2
Soberbia definición de Suárez para el 2do gol

El razonamiento para el próximo partido no puede ser distinto del que tuvimos contra Sudáfrica o Corea. Los rivales podrán tener el público a favor, mejor condición física, quizás el árbitro nos cocine, pero en equipo -y en teoría- son menos que nosotros.

El tema es plasmarlo en la cancha y para eso volvemos a que hay que patearles por lo memos 10 tiros al arco y de todos lados. Tenemos como nadie, y como en ningún mundial, 6 días de descanso y planificación.

Ghana ha hecho 4 goles. Dos de penal y dos por errores defensivos de los americanos. Podemos estar tranquilos que a nuestros defensores seguramente no los agarren mal parados como sucedió en los goles de su último partido.

Por lo menos hasta el momento los rivales jamás tuvieron espacios como para que los delanteros pudieran armar un contragolpe; ojalá siga igual.

En lo personal me gustaría que Godín pudiera estar de titular y que jugara Abreu por Palito Pereira para tratar de aprovechar al máximo los errores defensivos que siempre cometen los africanos, además de ganar en altura en las dos áreas.

Igualmente Tabárez ha sabido administrar bien al grupo así que sigamos confiando en él.

En definitiva, tengamos esperanza de que el equipo juegue como hasta ahora que si Dios quiere, y si apuntamos al arco rival, podemos volver a sentirnos entre los 4 mejores del mundo, como hace 40 años.

Seguro que a Corea le gustaría poder jugar el viernes, sin importar como hubiese jugado… y no lo podrá hacer.

Bielsa con Argentina tuvo por 4 años una selección a la que hizo jugar de manera espectacular, pero se volvió en primera fase; hoy con un equipo notoriamente inferior y dirigido por Maradona (¿?) está en octavos de final.

Quizás sea más lindo jugar como el Barcelona, pero no siempre gana.

Quizás lo de Mourinho sea estéticamente feo, pero su palmarés lo respalda.

Italia nunca jugó mucho mejor que lo que lo hizo en este mundial donde se fue temprano; sin embargo ganó 4 Copas del Mundo. El problema de los italianos estará si algún día quieren jugar como el Barca. Ése día perderán identidad y nunca más volverán a estar en los primeros planos.

NO HAY RECETAS PARA OBTENER LOS ÉXITOS MÁS QUE EL ESFUERZO Y EL TRABAJO.

Nosotros por 20 años perdimos el rumbo. No sabíamos a qué jugamos ni con quién jugábamos; todo quedaba librado a la improvisación. En 2006 se buscó hacer algo distinto y se planificó un proyecto a largo plazo.

HOY parece que estamos recuperando la memoria, ojalá no la perdamos.

Un abrazo y arriba la celeste!