Al escribir para mis amistades que el 11.11.11, tras el partido contra Chile, Luis Suárez se había convertido en el jugador más desequilibrante que había visto jugar en la selección, recibí algunas críticas y ciertos reparos de su parte.
Sabía que Diego Forlán era ídolo de los niños pero parece que también lo es para muchos de mi generación, por supuesto no tan niños.
Que haya dicho que Suárez fue lo más desequilibrante que vi no implica desmerecer lo hecho por Forlán en los 10 años que lleva defendiendo la celeste; de hecho, no pretendí hacer una comparación entre ambos.
No desconozco las virtudes del rubio delantero y le estaré eternamente agradecido por su gran Mundial el año pasado; no obstante, no considero sea lo más desequilibrante que yo haya visto.
En mi opinión Forlán es un muy buen jugador, domina las dos piernas como nadie en el plantel, hizo partidos excelentes vistiendo la celeste, definió más de uno con gol suyo pero no puedo decir que por su sola actuación en un partido hayamos ganado, como si me pasó con Rúben Sosa y me pasa con Luis Suárez.
Quizás lo más aproximado a la perfección de Forlán haya sido el partido que jugó contra Sudáfrica en el Mundial pasado, donde hizo lo que quiso, más allá de dos goles.
Me refería entonces a alguien que en los últimos 30 años haya visto como solo se las arreglaba para hacer ganar a Uruguay.
Y eso, repito, lo vi en Rúben Sosa, fundamentalmente contra Paraguay, Argentina (Copa América 1989), Bolivia y Perú (por las eliminatorias del mismo año); y ahora lo veo en Luis Suárez.
Lógicamente existen hechos aislados donde un jugador pudo haber sido fundamental por haber ayudado a ganar UN partido; por ejemplo: Marcelo Zalayeta contra Colombia por las eliminatorias de 2006 (3 goles para el triunfo 3-2).
Vi por ejemplo a Enzo Francescoli. No sólo fue tricampeón de América con Uruguay (1983-1987-1995) sino que tuvo participación decisiva en cada una de esas conquistas: con Brasil en el 83′, Argentina en el 87’, lo que Arpi Fhillo le dejó jugar contra Chile en la final de ése año, así como los partidos contra Paraguay y Colombia en el 95’ por los cuartos y semi final de dicho torneo.
Enzo también tuvo excelentes partidos como Forlán (por ejemplo en Quito 1985 por la eliminatoria) pero entiendo no fue todo lo desequilibrante que fue Sosa y hoy es Suárez.
De hecho el período de Sosa lo marqué en 15 partidos (entre el año 89 y la previa del mundial 90) ya que desde 1991 hasta 1995 jugó varios otros y fue uno más del montón.
Considero que Forlán es muy importante para Uruguay -y los rivales-, domina varios aspectos del juego que otros desconocen, TIENE QUE SER SIEMPRE TITULAR y coincido con Tabárez que no hay otro como él en el plantel; no obstante, no considero que sea lo mejor que yo vi pasar por el seleccionado.
Tuvo participaciones fundamentales (penal en Quito para el 2-1 y asegurar el repechaje previo a Sudáfrica 2010, tiro libre contra Ghana para el empate en el mundial), no por eso puedo decir que fue lo más desequilibrante que vi.
De hecho Pablo Bengoechea también tuvo participaciones más que importantes en la selección (goles en las finales de 1987 y 1995) pero no lo convierten, tampoco, en lo más destacado que se haya puesto la camiseta celeste en los últimos 30 años.
Toto Schilachi fue bota y balón de oro en Italia 90 sin embargo, pasó al olvido al día siguiente de terminado el Mundial.
Oliver Khan fue balón de oro en el 2002 y también está años luz de ser el mejor jugador de la historia de Alemania; de hecho, ni siquiera será considerado el mejor golero de su historia.
Los títulos por sí solo no hacen más grande a un jugador, pero son una gran caricia. Mucho menos una distinción otorgada por una indumentaria deportiva como fue el premio que se llevó Forlán en Sudáfrica.
De todas formas, reitero, reconozco en Diego Forlan a un extraordinario jugador y evidentemente, está también, entre los mejores que vi ponerse la celeste.
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