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@En1buena

Lo demás es puro cuento

mes

noviembre 2014

LA LEYENDA COMPLETÓ SU LEGADO

ROGER FEDERER Y SUIZA OBTUVIERON LA ENSALADERA, POR PRIMERA VEZ!

Si andas por los 40 años y te gusta el deporte has tenido la suerte de ver a Jordan, Schumacher, Maradona, Phelps, Bolt, Lewis, Bubka y seguramente a alguno más que hizo grande la historia de “su” disciplina.

Ahora, si te gusta el tenis especialmente, agradecé de por vida haber podido disfrutar al que sin dudas será considerado el mejor de todos los tiempos, Roger Federer.

Hoy con 33 AÑOS OBTUVO LO ÚLTIMO QUE LE FALTABA, LA TAN ANSIADA COPA DAVIS!

Federer ya tenía 17 títulos de grand slam y un oro olímpico (dobles – 2008) pero ni él ni su país tenían la ensaladera.

Roger se hizo profesional en 1999 y desde entonces siempre ha querido obtener ése logro defendiendo a Suiza país que, por otra parte, jamás estuvo en la elite del tenis mundial.

Desde entonces, en 14 de los 16 años Federer participó y defendió a su país dejando de lado cualquier interés personal; eso no le impidió día a día ir convirtiéndose en el mejor tenista de todos los tiempos.

Salvo en 2010 y 2013 siempre jugó la Davis al punto que se convirtió en el jugador suizo con más partidos ganados en la historia del torneo.

Sobran ejemplos de tenistas que a lo largo de su carrera han puesto  por delante sus objetivos antes que el interés colectivo y la defensa de su país. Claro que uno retribuye en dinero para saciar su ego personal y el otro, como le pasó a Federer, es sólo sinónimo de gloria para todo un país.

Cada vez me convenzo más que hay que disfrutar cada partido de Federer como si fuera el último. Porque mucho lo vamos a extrañar.

Que Federer haya ganado la Davis con 33 años, de visita (FRA), en la superficie que «menos le favorece» y con un punto final de ensueño, es propio de su grandeza.

Los adolescentes que «nacieron» viendo a #Federer con el tiempo valoraran aun más la grandeza de este deportista. Deben saber que la historia del tenis marca que después de los 31 el retiro (o la baja de nivel) es inminente. Con Federer eso no pasa.

Si hace 50 años la edad era un factor preponderante qué decir ahora que el tenis está hecho para jugadores de elite no sólo desde lo técnico sino desde lo físico.

Federer tiene además de una técnica única en todos los golpes un dominio, control de su cuerpo y energía envidiables; jamás se desgasta innecesariamente. Eso sin dudas ha ayudado a mantenerse en el primer nivel en todo momento desde que es profesional.

Es fácil decir que a alguien «lo persiguen las lesiones» o que el suizo «tiene suerte de no lesionarse». En todo ámbito de la vida la suerte es necesaria, pero a esta hay que ayudarla y Roger lo hace.

Así, Federer no ha necesitado hacer musculación de manera desmesurada para tener potencia en sus golpes, como Nadal, ni internarse en una cámara hiperbática, como Djokovic.

Por estas y tantas otras razones Federer es el mejor tenista de todos los tiempos.

Y recuerden… no intenten hacer eso que hace Federer en casa, no es peligroso, pero sí imposible.

EL HINCHA MODERNO

El hincha es aquél que dice querer al club de sus amores por encima de cualquier jugador, Presidente o momento circunstancial.

Aquél que suele exigir y criticar mucho, pero hace poca o a veces nula autocrítica.

Porque es más fácil decir que la culpa es del otro que reconocer que estuvo en uno la posibilidad de haber hecho algo para que un mal momento no hubiese acontecido.

Por eso, en un club, la responsabilidad de TODO recae en el hincha.

¿POR QUÉ? Porque el hincha es (o debe ser) socio y como tal, quien pone o permitió poner al frente de su institución, a tal o cual Presidente.

Y en nuestro fútbol, si vamos a los grandes, que son quienes acaparan mayor atención, sabemos que los Presidentes que los socios han puesto en los últimos 30 años, han dejado muchísimo que desear.

Presidentes viejos en ideas, más allá de su edad, que eligen a cuerpos técnicos sobrevalorados, que generalmente viven del llanto y torneos ganados en el pasado en lugares que, como nuestro fútbol, no revisten mayor jerarquía.

Técnicos que justifican su incapacidad en arbitrajes, conspiraciones, clima, doble competencia o falta de rodaje, lesiones y muchos etc.

Esos que traen jugadores acabados por salarios exorbitantes; alguno porque ganó un campeonato uruguayo o cierto clásico tiempo atrás y a otros, simplemente, para que le cuiden sus espaldas o a pedido de algún contratista.

Claro que el hincha moderno hoy se ocupa más de otras cosas -extra fútbol- tan relevantes para la historia del club como determinar quién tiene más gente, más aliento, la bandera más grande, abandona menos (¿?), festejó su cumpleaños primero, ganó tal o cual partido hace más de medio siglo o junta más plata para una fiesta de colores que después, comparada con cualquier fiesta en el resto del mundo, termina siendo una simple kermese.

En definitiva, cosas que no aportan en nada a la grandeza de su institución.

Es propio de los tiempos que corren que un grande, que no ha ganado nada cruzando la frontera en las últimas tres décadas, disfrute de la desgracia del otro grande, que tampoco ganó nada.

Los grandes, por su gente e historia nunca dejarán de serlo pero cuidado, pensando así, como piensa el hincha moderno, estarán cada vez más alejados de lo que realmente los hizo grandes y reconocidos a nivel mundial.

Porque producto de ése hincha moderno ya están apareciendo los “dirigentes modernos”; barras o aficionados comunes devenidos en dirigentes que una vez llegados a la cúspide del club verán difícil pensar y ejecutar de manera diferente a como lo han hecho en los últimos 30 años.

Antes los Presidentes de los grandes, con aciertos o errores, eran personas de bien, caballeros, respetuosos del otro; daban todo por su club pero no solían caer en el agravio barato hacia el otro.

El gran problema hoy es que los dirigentes de los clubes son personas que están próximas a nunca haber visto ganar nada relevante, entonces, entre ellos también se trenzan a discutir por todos los temas que tan ocupados tiene al hincha moderno.

Lo que deben saber ésos hinchas es que hasta 1990 nadie perdía un minuto en hablar de las boludeces que ellos hablan. Cuando los equipos salían a la cancha no les importaba su cumpleaños, no había humo, banderas gigantes, fiesta de colores ni nada por el estilo; papel picado y mucho aliento eran suficientes para que los jugadores se lo retribuyeran con una Copa internacional.

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