Hemos presenciado uno de los capítulos más bochornosos de la historia del fútbol sudamericano. Un Boca-River que no llegó a concluir producto del gas pimienta que un aficionado de Boca lanzó a los jugadores del equipo rival al ingresar a la cancha, tras el entretiempo.
El hecho se da en el marco de otro clásico argentino que genera una desmesurada expectativa; injustificada desde lo futbolístico. La historia indica que los Boca-River generalmente son partidos horrorosos.
Nuestro pobre fútbol uruguayo ha dejado clásicos más emocionantes; no bien jugados pero con goles y alternativas cambiantes, cumpliendo así las expectativas de los aficionados.
No tengo dudas que de los peores clásicos del mundo, en lo que refiere al espectáculo dentro de la cancha, son los Boca-River.
Por algo en los últimos 35 años son pocos los que quedan en la memoria: un 5-3 a favor de River con Juan Ramón Carrasco como figura; un 4-3 de Boca con Tabárez por Copa Libertadores con un formidable gol de tijera de Diego Latorre; un 3-3 que alcanzó River tras ir perdiendo 0-3 en 1997; el de 2001 también por Libertadores en la vuelta de Palermo y la semifinal de 2004 donde venció Boca por penales en el Monumental sin parciales xeneises.
En definitiva, cada 10 Boca – River habrá uno que te puede dejar hablando una semana, los demás son un verdadero fiasco. Tanto como el escandaloso partido que se jugó (¿?) en la noche de ayer.
Soy de los que está convencido que el Presidente de River debió retirar a su equipo inmediatamente de la cancha y no esperar que la cúpula de la CSF decidiera suspender el partido.
River ya estuvo en la segunda división. Peor «humillación» deportiva que esa jamás tendrá. AYER DEBIÓ IRSE INMEDIATAMENTE SIN ESPERAR QUE EL MANDADERO (entiéndase, árbitro) ADOPTARA UNA DECISIÓN.
La Conmebol dio una imagen impresentable al mundo del fútbol. El árbitro esperó prácticamente una hora que le dijeran lo que debía hacer.
Los jugadores de River corrieron riesgo de vida permaneciendo tanto tiempo en la cancha sin la más mínima custodia. Si abandonaban la cancha, como debieron, se podían dar dos cosas: 1) si el juez suspendía el partido ya iban a estar seguros; 2) si no lo hacía, podían pelearlo en la CSF y esta, en base a las evidencias, debía al menos reiterar el partido, jamás dárselo por perdido a River.
Además de lo bochornoso del espectáculo quedará en la memoria el GESTO IMPRESENTABLE DE AGUSTÍN ORIÓN, UN PÉSIMO DEPORTISTA!
La decisión de Boca de no irse del campo, una vez suspendido el partido, fue de su mediocre capitán. La orden de evacuar el campo estaba dada y Orión desafió a la autoridad competente.
Lamentablemente, como capitán lo respetan y todos los integrantes del equipo cometieron el impresentable gesto de saludar a la hinchada.
Más que respeto a Orión lo que le tienen es temor ya que actúa como un verdadero delincuente con sus pares (desde golpearse con rivales y compañeros, colaborar con integrantes de la barra, hacerle la cama a algún Dt, fracturar a algún rival, hasta órdenes implícitas como las de ayer).
Ahora lo único que cabe esperar es que a Boca le caiga una dura sanción! Para ello hay muchos elementos a considerar:
– Si entraron con un “soldador” para romper el alambrado -y la manga- perfectamente pudieron entrar con un revolver.
– Si tiraron una bomba lacrimógena pudieron disparar un arma.
– Aparecieron bengalas que están expresamente prohibidas.
– Apareció un dron con un cartel burlando al rival.
– Impidieron la salida del rival a botellazos!
– La manga del túnel apareció en el día de hoy, 12hs después, por puerto Madero! Sí, se la llevó la hinchada para hacer desaparecer alguna prueba.
Lo único que faltó fue una muerte, todo lo demás que puede prever un reglamento de conducta fue violado, y con creces.
Las 10 asociaciones que integran la competencia (salvo Argentina que seria la 11) deben estar atentas y exigir la máxima pena posible!
En Europa, por culpa de los parciales de UN solo club (Liverpool) la UEFA se animó a sancionar a TODO el fútbol inglés por un período de 5 años, cuando este dominaba el continente a nivel de clubes.
Y no era el Liverpool ni la Premier de hoy. Hablamos de 1985 donde su «grandeza» respecto al resto de los clubes era mucho mayor a la del presente.
Entonces, así como a la UEFA NO LE TEMBLÓ EL PULSO A LA HORA DE SANCIONAR A TODO UN PAÍS (5 AÑOS) A LA CSF TAMPOCO LE DEBERÁ TEMBLAR.
No son asimilables los casos pero repito, ayer solo faltó una muerte para que el desastre se apoderara de la bombonera. Esperemos que la justicia llegue. El fútbol sudamericano lo merece más allá de los intereses y colores que haya en juego.
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