Muchas veces me preguntan ¿“cómo puede ser que no seas de ningún cuadro”?

La respuesta es siempre la misma…“estás equivocado, si bien mi pasión y admiración incondicional es por la selección nacional, me siento orgulloso de SER DE TODOS LOS CUADROS”

Padre de Nacional, tío de Peñarol, desde muy chico me llevaron a ver a uno u otro sin obligarme a ser de uno en particular. Así, no me identificaba con ninguno sino que festejaba y me alegraba por los dos. Y con ambos, siempre, íbamos a ver a Uruguay.

Llegó la década del 80’ y ya con 5 años disfruté de una época gloriosa para el fútbol de mi país: Peñarol ganó la Copa Libertadores en 1982 y 87; Nacional en 1980 y 88, se ganaron las Copas Intercontinentales del 80, 82 y 88, la Interamericana y Recopa del 1989. Ufff!!

Pude ver a Uruguay ganar la Copa Oro de campeones del mundo en (1980/81) y las Copas América de 1983 y 87. Lo vi en otra final continental en 1989 y clasificar a los mundiales de México 86 e Italia 90.

Siempre iba al Centerario a ver a Uruguay, como hasta hoy, justamente en una década donde de locales la selección sólo perdió un partido (Perú en 1981); claro que ése partido costó caro, la eliminación de España 82.

Así me acostumbre a ver ganar siempre a mis clubes y mi selección. Recién en México 86, al perder ampliamente con Dinamarca y quedar eliminados con Argentina, me di cuenta que perder era algo que también podía pasar.

Lamentablemente en los 90’ la realidad cambió. La selección comenzó a transitar caminos difíciles y los clubes uruguayos nunca más ganaron nada; de hecho, desde entonces y hasta el presente (26 años) llegaron a 4 finales continentales y las perdieron todas.

Me aburrí de criticar todo y desilusionarme día a día si no se lograba ser campeón. Ello hasta que con la selección, a partir de 2010, volví a cambiar mi pensamiento.

Si bien siempre la selección fue una isla y siguió definiendo a nivel de Copas América: campeones 1995 y 2011, segundos en 1989 y 1999, terceros en 2004 y cuartos en 2001 y 2007, igual yo no me conformaba y la criticaba por no clasificar a los mundiales, no jugar bien, etc, etc.

Todo por un EXITISMO INJUSTIFICADO BASADO EN LO QUE FUISTE Y NO YA EN LO QUE SOS.

Ahora si estás del otro lado ya sabés que mi sangre es celeste, está formada por cinco colores y que quiero lo mejor para TU club.

Siempre me emocioné y acompañé a mi selección pero cuando TU equipo, que también es el mio, definió o define algo, podés tener la certeza que allí estuve y estaré: Nacional 2009, River Plate en la Sudamericana del mismo año, Peñarol en 2011 y Defensor en 2014; en todas ésas instancias definitorias estuve en el Estadio acompañando y vivando por los clubes de mi país.

Eso si, al fútbol uruguayo no voy! Considero que la grandeza de nuestros grandes se ha hecho puertas afuera.

FUI SOCIO DE PEÑAROL Y NACIONAL, FUI A ALENTAR A SUS “BARRAS” OCASIONALMENTE CON LA MISMA PASIÓN.

FUI A LA COPA AMÉRICA de 1995 CON CAMISETA DE NACIONAL (de un amigo que jugaba en inferiores), GORRO DE PEÑAROL Y ENVUELTO CON BANDERA DE URUGUAY

Considero que el fútbol de mi país ha sido generoso conmigo. Vi cosas que otros amantes del fútbol de otros países jamás vieron; tuve el privilegio de estar presente y ver en vivo a Uruguay campeón de América tanto en mi país (95’) como en el exterior (Bs.As.2011) y cumplí el sueño de ver (in situ) a la celeste en un mundial en uno de los partidos más memorables de su historia reciente (&ING 2014).

Puedo morir tranquilo, pedir más sería ser desagradecido; de todas formas, me gustaría morir más tranquilo y volver a ver algún día a los «grandes» de mi país otra vez campeones continentales.