No todos los días se puede ganar, gustar y golear; menos aún si nos disponemos a ver un encuentro de Uruguay. Como suelo decir “para ver fútbol lindo miren al Barça los fines de semana por ESPN”.

El estilo del fútbol uruguayo no sabe de lujos ni victorias holgadas. Porta orgulloso esa manera de ganar sufriendo y no es más ni menos que parte de NUESTRA IDENTIDAD.

Con distintos matices contra Chile y Colombia de local se ganó de manera contundente pero hoy, cuando de antemano muchos suponían que le pasaríamos por arriba a Perú por la posición que llevaba en la tabla, terminamos sufriendo y cerrando un triunfo (1-0) importantísimo, como se pudo.

Por momentos nos vimos superados, cedimos terreno y pelota al rival, y no tuvimos la contundencia que siempre necesita Uruguay para concretar en la red lo que genera.

Al igual que contra Brasil el cambio realizado en el entretiempo fue clave para una mejora en el segundo; no de la magnitud del partido anterior pero una mejora al fin.

En los primeros 45’ no pudimos elaborar una sola jugada colectiva. Perú ganó en el juego por las bandas, sobre todo en velocidad ganándole las espaldas a Maxi Pereira y además demostraba estar más atento ganando todas las segundas pelotas.

Uruguay trasladaba lentamente el balón y así encontraba al rival siempre bien parado. Las veces que aceleraba lo hacía a través de corridas aisladas de Maxi Pereira las cuales fueron intrascendentes ya que nunca pudo culminar los ataques con un buen centro o jugada de peligro.

No se remató de larga distancia y fueron pocas las veces que se optó por mater un pase profundo o jugar al medio para que alguien hiciera de pivot y generara juego; cuando se hizo se pudo inquietar.

En el inicio del segundo tiempo con el ingreso del «Cebolla» Rodríguez cambió la actitud del equipo. Se salió a buscar el partido, generaron situaciones y pudo convertir.

Por su parte, Perú se olvidó de atacar por nuestro sector derecho de la defensa y así fue muy poco lo que pudo inquietar.

Es verdad que hicimos un gol y pudimos convertir algún otro si no fuera por los palos o mala puntería; pero también es verdad que si Perú convertía la que atajó Muslera de manera espectacular en el 1er tiempo, o sobre el final del partido con ese remate cruzado que nos dejó sin respiración, la historia ahora podría ser otra.

Analizar a los jugadores por sobre el planteo que se realiza suele ser muy injusto. Por eso hoy me quiero detener en:

Luis Suárez: volvió a jugar en Montevideo un partido oficial después de mucho tiempo y tuvo un rendimiento impresionante. Cada vez que entró en contacto con el balón generó peligro.

Además de la asistencia en el gol se aburrió de ganar pelotas que parecían imposibles. Es el futbolista que mejor protege la pelota con su cuerpo en el mundo y no hay nadie que intuya como él a dónde y de qué forma va a caer un balón; eso le permite posicionarse antes que sus rivales y así hacerse de una pelota que para cualquier otro está perdida.

Su participación fue y seguirá siendo decisiva. Debemos agradecer todos los días por ser contemporáneos a esta “bestia” que no es más que el jugador uruguayo más desequilibrante de la historia de su selección.

Edinson Cavani tuvo su premio a tanto despliegue y sacrificio por el equipo.  Si bien ahora volverán a aparecer los que lo quieren ver de 9 yo seguiré queriendo que juegue donde más le aporta a la selección, de volante ofensivo con llegada permanente al área rival.

Allí es donde, producto de un estado atlético impresionante, mejor le ha rendido a la selección desde el mundial 2010 hasta hoy. De hecho, hoy se lo vio por varios momentos auxiliando a los defensores e inmediatamente proyectándose al ataque; ello no le impidió llegar al gol.

Lo único cierto y objetivo, más allá del rendimiento general y las individualidades, es que:

  • A esta hora estamos primeros en la tabla tras 6 fechas.
  • Jugamos una doble fecha sin ninguno de nuestros defensores titulares.
  • Somos uno de los 3 países con más goles y uno de los 2 menos goleados.

¿Es para ilusionarse no? Sí, pero no para enloquecerse.

Hoy quedó demostrado que en el Estadio ningún rival será fácil.

Faltan muchas fechas y muchos puntos para poder estar en Rusia.

El próximo partido es Argentina de visitante, quizás el partido más difícil de todos. Un rival al que nunca le podemos ganar por eliminatorias en su casa y que en la última oportunidad nos ganó holgadamente.

Pero seamos optimistas. A ése encuentro llegaremos primeros con todo el equipo a disposición. No hay suspendidos y esperemos no haya lesionados.

Además pensemos…

Hoy muchos dicen que no jugamos bien y generamos unas siete u ocho situaciones de gol.

Muchos insisten con que no jugamos bien y sin embargo, no habiendo podido contar en ninguno de los seis partidos con los titulares, estamos primeros en la tabla.

Y no jugamos bien, dicen…

Me despido feliz sabiendo que si bien hoy no rendimos a gran altura el equipo demostró su jerarquía para igualmente imponerse.

Es que así son los grandes equipos; jugando bien o mal ganan cuando hay que ganar sin importar cómo.

El camino aún es largo, sigue faltando bastante, pero claramente estamos más cerca del objetivo.

El cierre es el de siempre. Al final sabemos que está la recompensa y como siempre digo, es este proceso el que, con aciertos y errores, mejor lo transita: lento, sí; poco vistoso, puede ser; pero de la manera más sería, respetuosa y segura posible.

Finalizado el 33,3 de la eliminatoria y desde el primer lugar una vez más les digo

Arriba Uruguay !