Muchos fueron los comentarios por estos días que hacían mención al equipo “B” que el seleccionado germano llevó a la Copa de las Confederaciones que se está disputando en Rusia.
Ello en el entendido de que se trata de una selección más débil que la titular, suficiente para que, en teoría, pueda ser superada por cualquier rival que se le presente. Así se pretendió quitarle mérito al gran partido que hoy hizo el seleccionado chileno quien por momentos superó a los teutones.
Pero los críticos pierden de vista dos cosas: por un lado el hecho de que no siempre que se enfrenta a una selección -en teoría- más débil se la termina superando en juego y en el resultado final; y lo más importante, ese equipo “B” del que se está hablando es nada menos que Alemania.
Un seleccionado que a lo largo de su historia no ha necesitado de grandes figuras para definir la mayoría de los torneos continentales que ha disputado.
Porque cuando el funcionamiento es bueno un equipo no necesita fenómenos sino tan sólo buenos jugadores; y eso es lo que ha sido Alemania a lo largo de su historia.
Funcionamiento en base al constante trabajo!
Porque nada ni nadie te garantiza ser campeón; hay que buscar la forma de aproximarse a ello sabiendo que en toda competencia siempre es más probable no serlo.
Y en esa búsqueda los alemanes suelen ser los mejores en base a un trabajo metódico, serio y constante que nunca se dejó llevar por los resultados.
Porque si bien ha sido muchas veces campeón en tantas otras les tocó ser segundos; eso que para algunos, que olvidan que para ser campeón primero hay que llegar a la final y en ella siempre uno cae derrotado, es sinónimo de fracaso.
Pero el jugador alemán parte de conceptos que lo llevan a tener una mentalidad diferente a la que estamos acostumbrados. Así, por ejemplo:
– Para el alemán jugar un “monito” no es más que una práctica para mejorar la técnica en el pase en corto y rápido con ambas piernas; por acá se resume en un castigo para el que le quitaron la pelota.
– Para el alemán quedarse fuera de hora a entrenar implica superarse a sí mismo, haciendo hincapié en aquellas cosas en las que es consciente debe mejorar, todo en aras de ser un jugador más completo. Acá se trata de una pérdida de tiempo partiendo de la base que no hay nada que mejorar.
– Para el alemán entrar unos minutos a defender la camiseta de tu equipo es un honor; por estos lados se considera una falta de respeto y no implica más que consumir minutos cuando se va ganando.
Así, a vuelo de pájaro, se pueden ver algunos “detalles” que marcan cómo piensan ellos, cómo les va a otros y por qué cuando hablamos de la Mannschaff no debemos hacer mención a un equipo “B”.
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