No bien Cristiano Ronaldo convirtió su extraordinario gol de chilena contra la Juventus por los Cuartos de Final de la Champions League 2017/2018 manifesté que para mi, después de la que realizó Hernán Crespo contra Sporting Cristal por los Octavos de Final de la Copa Libertadores de 1996, era la mejor que había visto.
Con el correr de las horas comenzaron comparar estas con otros goles similares y opinar respecto a cuál era la mejor de todas. Los uruguayos se quedaron con la que realizó Cavani este año contra República Checa por la China Cup; otros con la realizada por Rivaldo contra el Valladolid o el Valencia en la Liga española y algunos con la de Rooney al City en la Premier.
Para mi no hay discusión alguna. Chilenas como las de Rivaldo o Francescoli (contra Polonia en un amistoso en 1985) han existido cientos y seguirán habiendo. Si bien la jugada siempre es pintoresca hay chilenas que no tienen mayor grado de dificultad por cuanto la pelota viene de frente al jugador, quien tras acomodarla con el pecho, realiza la maniobra para impactar la pelota de la única forma que podría hacerlo. Se trata de un recurso más.
Esto no significa que sea fácil. Pero sí que la chilena resulta de “fácil armado”. Toda chilena tomada de frente, más si hubo previo control, es de una dificultad mucho menor a las de Cristiano o Crespo.
Es como quien patea una pelota de bolea. No es lo mismo pegarle al balón «de aire», tras un centro cruzado, que tras controlarlo, acomodarlo, para luego direccionarlo; el grado de dificultad es totalmente distinto.
Otra pirueta interesante es la de Negrete en el partido México & Bulgaria por Octavos de final del mundial 86’. Es una muy buena resolución pero ni siquiera es una chilena. Quizás se asemeje más a lo hecho por Cavani referido más arriba. Lo cierto es que en la ocasión se trató de una pelota recibida a corta de distancia, poca velocidad y que resultó de fácil resolución en la medida que la pelota le quedó orientada para pegarle de la manera que lo hizo.
La de Rooney es muy interesante, más difícil que las anteriores mencionadas, pero no al grado de la de CR7 o Crespo, dado que la pelota le llega desde atrás -como a Cavani- y no de costado o desde un punto por delante de su posición.
Es que calcular la chilena cuando el centro viene fuerte y de costado, como en el caso de Crespo, es sumamente difícil. Hay que calcular dónde caerá la pelota, acomodar el cuerpo, girar, saltar, calcular el punto de impacto y darle dirección a la pelota.
Y si la de Crespo es espectacular, la de Cristiano habiendo impactado el balón a 2.38 metros del suelo, es realmente sublime.
Por eso diferencio entre una chilena como la de Cristiano contra la Juve o Crespo en el 96’, de cualquier otra a la que se hizo mención en esta reseña: las primeras son excepcionales y las otras suelen ocurrir a menudo, por cuanto son hechas con total control del cuerpo y el balón.
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