Decir “maracanazo” es sinónimo de hazaña.
Se ha convertido con los años en una expresión que excede al ámbito deportivo. Los amantes del fútbol saben que está ligado al “partido final” de la Copa del mundo de 1950.
Los uruguayos sabemos que ocurrió un 16 de julio pero pocos, muy pocos, saben realmente cómo se llegó a cristalizar.
Porque el partido contra Brasil es cierto que de por sí tiene un significado mayúsculo. Ganarle al organizador, el mejor equipo del torneo hasta entonces y ante 200.000 personas es algo que difícilmente se vuelva a dar.
Pero está en el conocedor de la historia, y es obligación de todos los uruguayos, hacer saber al mundo el por qué de tamaña hazaña.
Hay que explicar que Uruguay – Brasil no jugaron una final.
Hay que decir que Brasil, como todo organizador en aquellas épocas, tenía ciertos privilegios a la hora de la organización y el sorteo.
Todos tienen que saber que luego de la fase inicial se disputó un cuadrangular final para dirimir quién sería el campeón. Brasil, Uruguay, España y Suecia jugaron ese cuadrangular en sistema de todos contra todos donde se otorgaban, como hasta 1994, dos puntos al vencedor, uno en caso de empate y cero por la derrota.
De esa forma los brasileños pensaron que difícilmente podía escapárseles el título. ¿Por qué? Porque no es lo mismo jugar un partido para consagrar al campeón, donde cualquier error puede no ser reversible, que hacerlo por sumatoria de puntos en un “campeonato largo”. Sino piensen qué le pasó a Hungría cuatro años después.
ASÍ ENTONCES, TODOS TIENEN QUE SABER QUE LA HAZAÑA DE MARACANÁ PASA, PRINCIPALMENTE, POR LO QUE VERÁN A CONTINUACIÓN.
1. En los tres partidos del cuadrangular final Uruguay se encontró en desventaja: ESPAÑA 1-2 hasta el empate de Obdulio 73’; SUECIA 1-2 hasta que llegaron los goles de Miguez 77’ y 85’ para darlo vuelta, y contra BRASIL 1-2 hasta el empate de Schiaffino en el 66’ y posterior gol de Ghiggia en el 79’.
2. Faltando 13 minutos para terminar el segundo partido (&SUE) Uruguay estaba sin chances de ser campeón. Pudo llegar a jugar con Brasil por nada!
Es más, si se hubiera dado el triunfo sueco (2-1 contra Uruguay) los brasileños podían sentirse campeones a falta de un partido. Entrarían a la última fecha con España y Uruguay eliminados y para perder el título debían no solo caer con los celestes sino que Suecia le ganara a España y descontara una diferencia de 16 goles!
3. Faltando 5 minutos para terminar el segundo partido (&SUE) Uruguay, si bien quedaba con chances de ser campeón en la última fecha, debía ganarle a Brasil por 6 goles!
El empate de Miguez dejaba a Suecia eliminado, al igual que España, pero obligaba a los charrúas a ganar por esa diferencia ya que cinco goles no le eran suficientes (los norteños tenían mayor cantidad de goles a favor).
4. El 16 de julio de 1950 Brasil llegó al último partido como pensaban los organizadores, sin necesidad de ganar para salir campeón. Esto es algo que no tuvo precedentes ni volvió a repetirse en la historia de las mundiales, incluyendo los disputados bajo la organización del COI (1924-1928).
5. Jugaban el mismo día Suecia – España pero ya sin chances de campeonato. A los organizadores les alcanzaba con el empate para lograr su primera Copa del mundo.
Si con el empate eran campeones qué decir a los 2’ del segundo tiempo cuando se adelantó en el marcador a través del gol de Friaça.
6. Uruguay debía dar vuelta el partido en los 43’ que tenía por delante.
7. A los 66’ llegó el empate de Schaffino. Brasil seguía a 24 minutos de ser campeón del mundo; los mismos que tenía Uruguay para ponerse en ventaja y no dejar escapar la Copa.
La celeste la seguía luchando de atrás como a lo largo de toda la fase final. De la derrota con España y la próxima eliminación con Suecia, a quedar a un paso de la Jules Rimet siendo testigos del festejo de 200.000 personas.
8. Fue así que recién a 11 minutos del final del torneo nos pusimos en ventaja con el gol de Alcides Ghiggia (79’). Recién en ese momento pasamos a liderar la tabla de posiciones y sentirnos campeones del mundo.
El resto es historia. Llegó el pitazo de George Reader y con el la consagración más impresionante que jamás una selección haya podido obtener.
Porque el “Maracanazo” no fueron solo 90 minutos.
Fue una sucesión de acontecimientos vividos a lo largo de todo el certamen que han hecho que hoy, cualquiera que pueda salir de una situación incómoda, angustiante y casi irreversible, resuma su proeza con esa expresión.
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