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@En1buena

Lo demás es puro cuento

mes

julio 2018

ELECCIONES EN AUF. En busca del codiciado sillón.

Es brutal la operación que están haciendo la mayoría de los clubes, de cara a la próxima elección de Presidente de la AUF, para sacar a este ejecutivo y seguir subsistiendo sin hacer absolutamente nada.

Con mucha hipocresía algunos hablan de reestructura pero, qué pueden cambiar Abulafia o Del Campo si no cambia la mentalidad de la mayoría de los dirigentes de los clubes y estos no empiezan a funcionar como el profesionalismo les exige.

Algún día habrá que darse cuenta que hay muchos clubes que no pueden estar en un fútbol que se dice profesional, y deberán seguir en el amateurismo o directamente desaparecer, como hicieron otros de cara a la temporada de 1932.

Y esto no es una defensa a Valdez, que llegó de una manera poco cristalina tras una operación que involucró al Gobierno y tuvo por objeto expulsar a Bauzá de la Asociación Uruguaya de Fútbol.

Pero ¿qué culpa tiene el actual presidente de la AUF de que los clubes de este país no hayan ganado nada en los últimos 30 años? ¿Qué culpa tiene de que la mayoría esté en una situación financiera deficitaria?

Institucionalmente, en un siglo de vida, los «grandes» de este país hicieron bastante poco para crecer. Recién en la última década arrancaron con obras (a puro préstamo) y fuertes campañas de socios, más por un tema de globalización y redes sociales que por ideas genuinas revolucionarias. Así y todo, alcanza con ver sus balances para darse cuenta que la planificación no ha sido muy buena.

Y qué dejamos para los chicos! Desde 1932 no solo no pudieron ganar nada relevante a nivel deportivo sino que hicieron poco para profesionalizarse; más bien nada. Siguieron actuando como amateurs durante 86 años; bastante más tiempo que los cuatro que lleva este ejecutivo.

Algunos trabajan bien las inferiores pero son un cero en infraestructura e igual de deficitarios que los otros clubes que no hacen ni aportan nada al fútbol uruguayo.

Yo me pregunto. ¿Es tan difícil promover una política de Estado donde, por ejemplo, de acá a tres años todos los clubes que participan de la Segunda División “profesional” puedan tener una chancha de césped sintético como la del Complejo Rentistas?

Exoneración de impuestos, facilidades para la importación del material, mano de obra, etc, etc. No se puede pretender mejorar el nivel del producto fútbol si no se mejora, antes que nada, el piso de los escenarios deportivos. Empecemos por ello y que todos puedan jugar en un piso digno y no un potrero, como se ve todos los fines de semana.

Después sigamos con esa política de Estado y vayamos por escenarios que reúnan lo básico. Estadios para 10.000 personas (para qué más) con tribunas de hormigón armado, un pequeño palco, vestuarios en condiciones y algunas cabinas decentes.

No se necesita demasiado más. O sí… pensar a veces implica un esfuerzo muy grande que no todos están dispuestos a hacer.

Entonces la ecuación es bien sencilla. En los últimos cuatro años lo que dependió del Ejecutivo de Valdez (relacionado a la AUF y selecciones) funcionó bien, lo que dependió de los clubes (autofinanciamiento, organización de campeonatos, logros deportivos internacionales) funcionó mal, como de costumbre.

Es que el problema no está en la presidencia de la AUF sino en la administración y gestión de las instituciones que la integran. Clubes que siguen esperando de la tv y la selección la solución a todos sus problemas.

Entonces, antes de pretender bajar los ingresos a los procesos de selecciones nacionales, mejor que los dirigentes piensen cómo hacer para que sus clubes puedan solventarse por sí mismos.

Por su parte los jugadores, a través de la “nueva” mutual, deberán colaborar para llevar adelante la reestructura que nuestro fútbol necesita.

Y esta no arranca por la selección sino por las bases: fútbol infantil, juvenil, del interior, hasta llegar al profesional. Es ahí dónde está el déficit.

Más tarde o más temprano Tabárez se irá, Valdez también, pero los problemas seguirán.

Por eso, si no se quiere un fútbol rehén de unos clubes que solo están para hacer mandados a los empresarios de turno y realmente se quiere mejorar, son los jugadores los que deben actuar.

Y lo deben hacer ya, caiga quien caiga.

Como pasa en Europa donde sin titubear ha desaparecido el Parma, Bari o Cesena, clubes que hasta hace poco estaban en primera.

Porque en todo el mundo, como es lógico, el que no se adapta o es deficitario desaparece, en Uruguay no!

LOS ALARGUES

ITA ALE 70
El alargue más emotivo de la historia. Semifinal de México 70′ ITA 4-3 ALE tras empate a 1 en 90′.

A contrario de lo que muchos opinan defiendo a morir los alargues.

En la historia del fútbol son más aquellos donde hubo goles y espectáculo que los que fueron aburridos o cerrados, como muchos afirman.

Suele decirse que en ellos «no pasa nada porque ninguno quiere arriesgar y atacar». Para desterrar ese concepto basta repasar las finales de los mundiales de 2014, 2010, 1978, 1966 y 1934, todas definidas en alargue. Qué decir de «El partido del siglo» en la semifinal de México 70′. Sin ir más lejos, podemos quedarnos con los alargues disputados en Rusia 2018.

Hay que terminar con las frases hechas. Muchos quieren erradicar los alargues porque entienden que los jugadores se ha preparado «solo» para disputar 90 minutos. Pues bien, a esos les digo, que si un equipo se preparó para 90 minutos sabiendo que podía jugar 120, se preparó mal!

Además, a lo largo de la historia, jamás un equipo jugó los cuatro posibles partidos de tiempo extra previstos en una competición (siendo este el número máximo desde octavos de final hasta el partido definitorio).

Antes la pelota mojada pesaba más de un kilo, los zapatos otro tanto, las remeras eran buzos polares, el entrenamiento era distinto, la alimentación también y nadie se quejaba; de hecho, Uruguay – Brasil disputaron la final de la Copa América de 1919 la cual se definió tras dos alargues!

Hoy los futbolistas son atletas de élite. Pese a ello, casualmente en los alargues comienzan a aparecer supuestos calambres en los jugadores del equipo que va ganando, nunca en el que va perdiendo.

Un verdadero calambre te deja paralizado pero, increíblemente, el 95% de los jugadores que los padecen en los alargues suelen volver a incorporarse una vez que “el carrito” los retira de la cancha.

Croacia en 2018 tiró abajo cualquier excusa en este sentido. Disputó tres alargues. En todos arrancó perdiendo y en todos demostró estar preparado para la ocasión. De hecho, llegó a la final y jugó un primer tiempo de igual a igual contra un rival descansado.

Ir a penales directo sin pasar por el alargue, como muchos quieren, es indirectamente favorecer al que menos quiere jugar. Las estadísticas rompen los ojos en ese sentido.

Los penales se inventaron para no tener que jugar otro partido, como sucedía, a las 48 horas de terminado uno que había finalizado en empate. Además, como forma de evitar que el azar dirimiera la suerte de un partido. Cabe recordar que por sorteo se definió la clasificación a un mundial (tras el play off eliminatorio de 1954 entre España y Turquía), un sudamericano juvenil (Argentina campeón en 1967) y la clasificación a la final de una Copa América (Brasil 1983).

Es igual de cierto que los penales son más justos que el sorteo como que los alargues son más justos que los penales. Porque cuanto más se pueda definir en la cancha, tal cual fue concebido este deporte, mayor será el mérito del equipo victorioso.

Por eso siempre voy a considerar que lo más justo para el espectáculo es, sin dudas, jugar el alargue primero, para luego, eventualmente, ir a una definición por penales.

NUEVO CICLO CELESTE

Uruguay acaba de caer con Francia. Se acabó el mundial y con ello el fin de un ciclo. Comenzará otro con una base sólida y muchas ilusiones.

Ojalá tenga el mismo éxito que los dos anteriores. Sí, éxito. Porque no todo se reduce a la obtención de un campeonato; más cuando en cuatro años que dura un “mini ciclo” de selección solo hay lugar para dos campeones, uno de un mundial y otro de una Copa América.

Hay que saber valorar las cosas en su justa medida, darse cuenta que cada vez será más difícil llegar a la cita mundialista y aún más estar en las instancias definitorias.

Para ello hay que seguir trabajando de manera seria como en los últimos 12 años. Porque el trabajo lo es todo, y si bien no es sinónimo ni garantía de éxito, seguro te aproxima a él.

Tendremos por delante cuatro años con varias bajas, jóvenes que deberán afianzarse y seguir progresando, y algunas fijas del presente que mañana ya no lo serán producto de la madre naturaleza. El tiempo pasa para todos, también para nuestros históricos.

Así, seguramente ya no veamos más a Maxi Pereira, Carlos Sánchez y «Cebolla» Rodríguez; muy poco a Stuani y algún otro que ya no concurrió a este mundial, como Lodeiro y Rámirez.

Godín, Cáceres, Suárez, Muslera y Cavani serán una incógnita a la hora de decir presente en Catar 2022. Pero para llegar a ello primero hay que pasar por una Copa América y un proceso de eliminatorias donde seguro en ambos estos nombres seguirán estando.

El tema será, como en la pasada eliminatoria, ir encontrando los sustitutos para cuando estos tengan que dar el paso al costado. Y para ello habrá que esperar que alguna joven promesa se consolide, como Valverde, o que otras aparezcan tras los dos campeonatos     -sudamericanos y mundiales- sub.20 que habrá previo a Catar.

Es cierto que hemos mejorado en cuanto a la conformación del plantel; también que encontramos la base para el futuro en plena disputa del mundial. Sin perder nuestra esencia y característica principal, hemos adornado la media cancha con jugadores de buen pie que nos permitirán además de marcar, tener más control de pelota, correr menos, pensar más y administrar mejor los tiempos de un partido.

No obstante nos sigue faltando elaboración. El problema ahora ya no será de nombres sino de funcionamiento. Nadie duda de que lo que está es lo mejor con lo que cuenta Uruguay.

Habrá entonces que buscar las variantes para jugar de manera competitiva, más allá del rival.

Entiendo que debemos aprovechar la edad y experiencia de nuestra actual zaga para con el resto del equipo darle un toque de dinámica y así un cambio radical a nuestro juego, aprovechando para ello las variantes que ofrece nuestro “renovado” medio campo.

Se me ocurren dos planteamientos posibles para el comienzo del nuevo ciclo y de cara a la Copa América de Brasil 2019:

1. Un equipo parado con: un líbero, dos stopper, dos laterales con proyección, tres volantes con marca, excelente estado físico y buen pie, y dos delanteros de elite. Los nombres serían:

Muslera

Godin

Cáceres-Giménez

Varela                                      Laxalt

Bentancur    –      Torreira     –       Valverde

Cavani      –     Suárez

2. La otra variante, tomando en cuenta la mejor versión de Uruguay en el mundial, sería con un marcado 4-4-2. Los nombres:

Muslera

Cáceres  – Godín  – Giménez – Laxalt

Nández   –    Bentancur   –    Torreira –   Valverde

Cavani      –     Suárez

Ojalá podamos ver a Uruguay con alguna de estas propuestas, sobre todo la primera, sin que ello implique perder nuestra identidad.

Ojalá podamos transitar los próximos cuatro años como los que pasaron, sabedores de que se va por el buen camino.

Ojalá podamos seguir todos unidos detrás de la casaca celeste, tirando para el mismo lado y gritando Uruguay nomá!

 

FRANCIA EN CUARTOS ¿CÓMO JUGARLE? ¿CON QUIÉN SI NO ESTÁ CAVANI?

Mi opinión es que se podría repetir el equipo que jugó contra Portugal, el sistema de juego, pero cambiando la estrategia a la hora de marcar. Claro que ello dependerá del estado sanitario de Edinson Cavani.

Imaginemos que esté.

Contra Portugal es verdad que a CR7 no le dimos metros para correr y tan solo concedimos una falta cerca del área, siendo que ello era parte del “objetivo” de la planificación del partido.

Pero también es cierto que nos lanzaron muchos centros y 10 tiros de esquina!

Si esto se repite contra Francia podemos estar en problemas debido a la altura de los volantes que constantemente llegan a zona de ofensiva, y a la de todo el equipo, cuando suban a cabecear en los corners.

Considero que, con o sin Cavani, lo más apropiado para jugarle a Francia es juntar las dos líneas de 4 y salir a presionar al rival, no cuando lleguen al borde del área, como contra Portugal, sino unos metros más arriba a través de la primera línea de contención.

Si a eso le sumamos el escalonamiento hecho contra Portugal seguramente neutralicemos tres de los puntos más fuertes de los galos: ataque en velocidad, remate de media distancia y cabezazo.

Tengamos en cuenta que Francia remató contra Argentina 21 tiros al arco y Argentina solo 6. Debemos estar muy concentrados y volver a tener una efectividad asombrosa como en el partido de Octavos.

Para poder llevar a cabo con éxito esa tarea necesitamos que nuestros extremos auxilien en todo momento a los laterales.

Por derecha sabemos que Nandez puede repetir lo hecho en los dos últimos partidos pero por izquierda no hay nadie con el rol específico de marca.

Si llegase a jugar Cavani no tengo dudas que será él quien se tire a ése sector a cumplir esa función.

¿Y si no juega Cavani?

Uruguay en este momento tiene por derecha un volante externo con clara vocación defensiva que puede ayudar al lateral de su sector sin que ello implique salirse de su puesto.

Sin embargo, los volantes que ocasionalmente pueden cumplir esa misma función de relevo y auxilio al lateral, por la izquierda, lo hacen saliendo del lugar donde mejor rinden.

Es por ello que ante la lesión de Cavani y pensando en ese 4-4-2 para neutralizar al equipo rival se abren a mi criterio tres posibilidades:

1) Sorprender con un cambio en la zaga dando ingreso a Varela o Silva.

Con el primero el sector derecho quedaría cubierto (Varela-Nandez) pasando a Cáceres a la izquierda y subiendo a Laxalt a zona de volantes. Con Silva la única variante consistiría en subir a Laxalt a mitad de cancha.

En cualquier caso Laxalt quedará liberado para atacar sin perjuicio de que su exuberante estado físico le permita siempre estar en condiciones de marcar.

En esta posibilidad la media cancha quedaría conformada con: Nandez, Vecino, Torreira -más atrasado-, Bentancur -más adelantado- y Laxalt.

Sería un planteo cauteloso que no me extrañaría y que tampoco resigna mucho en ataque ya que perfectamente se pueden hacer triangulaciones por el medio teniendo permanentemente a Laxalt para el mano a mano con Pavard, siendo el defensor que mostró más dificultades en los mano a mano.

2) Otra posibilidad pensando en lo que fue el partido que Francia disputó contra  Argentina sería dar ingreso a Urretavizacaya.

Argentina lo poco o mucho que hizo llegó de la mano de Di María. Con un gol de 20 metros y desbordes por la punta fue el único que logró inquietar a los laterales.

Nosotros tenemos en Urretavizcaya un puntero veloz que está acostumbrado a jugar algo retrasado y podría ser una alternativa interesante.

3) La otra variante, más lógica o previsible, sería el ingreso de Stuani para que juegue como tantas veces, pivoteando en zona de volantes para llegar ocasionalmente arriba.

Juegue quien juegue una vez más el orden táctico será clave. Lo que no podemos hacer es jugar como lo hizo Argentina. Y eso sabemos no va a pasar.

En el ritmo que nosotros podamos imponer estará la llave del partido.

Si nos movemos en bloque y no dejamos espacios para la corrida “libre” de los delanteros franceses, como hicimos con CR7, les será difícil romper nuestra defensa.

Pensemos que Francia lleva los mismos goles que nosotros, un par los hizo de penal y otro fue en contra, tiene la misma cantidad de remates al arco, menos corners y ha recibido más goles.

Hay que respetarle pero no temerle. Tiene falencias y no tengo dudas que el maestro sabrá cómo explotarlas.

El partido que jugaron contra Australia tiene que ser nuestra referencia.

Así que, sabiendo que no hay partidos ganados ni perdidos de antemano, hay elementos suficientes para seguir confiando.

Y lo de siempre, CONFIAR NO ES SUBESTIMAR! Es creer en nuestras virtudes.

Yo creo! Vos no? #VamosQueVamos!

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